Dada la precariedad con la que se rodó Sierra de Teruel, parece incluso utópico que Malraux se planteara ni tan siquiera rodarlas. En la primavera de 1938, cuando se redactó el guion que luego revisaría Boris Peskine y traduciría (comentándolo) Max Aub, quizá se pensara que se podría disponer de tanques y caballos, pero en el otoño del mismo año era ya inimaginable. Como hemos visto, incluso los rebaños de toros o vacas tuvieron que ser sustituidos por uno de ovejas.
A continuación, ofrecemos un breve resumen de las secuencias no rodadas (XV-XIX y XIX y XXI-XXII), entre las que Malraux intercaló una sí rodada (en el Pueblo Español) que contaba el paso de la línea de combate por parte de José el campesino.
El conjunto va precedido por el último plano de la XIV, una ridícula imagen de un grupo de ancianos y una mujer llevando la hipotética dinamita al frente, plano no existente en el guion, que intenta introducir un grupo de secuencias no filmado. A ella sigue, en la versión francesa (no en la hallada en Washington) un letrero que pretende explicar todo lo no incorporado a la película.
XV.-
Una vez recogidos los recipientes para poner dinamita, Gustavo y el maestro oyen los cencerros de un rebaño de vacas. Gustavo grita, mientras corre hacia ellas:
GUSTAVO: Las esquilas, muchachos, ¡las esquilas para hacer bombas!
Pero una barricada impide el paso del rebaño. Algunas vacas están muertas. A la orden de Gustavo, los campesinos les arrancan las esquilas. Una mujer le entrega una, momento en que el guerrillero se vuelve y ve el campanario.
XVI.-
Un hombre ha subido hasta lo alto del campanario donde está la campana, mientras la gente se agolpa en la plaza adyacente. Otro lugareño sube a ayudarle con un pico.
Se advierte a la gente de que se aparte con cuidado, y se tira la campana.
Los campesinos miran la campana hundida en el suelo, mientras que desde el campanario se atisba una nube de polvo. Quien ha tirado la campana grita:
—¡Los moros!
XVII.-
En la plaza, Gustavo y los suyos están llenando la campana de dinamita. Llegan dos voluntarios con la caja de caudales (vista en la secuencia XIV).
En un camino del monte, a orillas de un barranco, los hombres llevan sacos pesados, uno un cochecillo de niño (aparece al final de la secuencia XIV). González da instrucciones:
GONZÁLEZ: Vais hasta la revuelta que está a 200 metros y si llegan los moros les echáis estos juguetillos. Si traen tanques tendrán que pasar por ahí. Acordaros de la mecha. Un centímetro por segundo.
Los hombres se esconden entre las matas. Piensan en la cosecha. Se dicen:
CAMPANALES: Buena cosecha se prepara.
FERMÍN: Déjate de eso, preocúpate de los moros.
CAMPANALES: La cosecha es cosa de siempre.
PEDRO: La guerra también. Acordaos de la mecha. Un centímetro por segundo.
La cámara sigue un bidón con 50 litros de gasolina, que rueda hacia los moros. Pasa entre las patas de los caballos de los moros. Explota.
Un oficial rebelde ve otro bidón más pequeño que se acerca.
—¡Saltad!
Luego sigue la caja de caudales que también explota, y se ve por el cielo la garrafa que cae y explota delante de los moros. Los campesinos lo contemplan muy impresionados.
XVIII.-
Unos campesinos con el Presidente aparecen por el camino, con un carrito tirado por un burro llevando la campana.
Aparece un tanque rebelde.
Pedro coloca la mecha y la enciende. El presidente cuenta los segundos.
Con gran esfuerzo, van empujando el carrito a la vez que se acerca el tanque. Caen el carro y el burro. A los dos segundos, una explosión.
XIX.-
El tanque sigue avanzando. González y Gustavo preparan una sarta con las esquilas llenas de dinamita. Luego, avanzan entre la espesura de los árboles y la colocan en el camino. Se oyen las orugas del tanque.
Los dos hombres huyen, bajo el fuego de la ametralladora del tanque. Luego, una gran explosión y la ametralladora calla. Ruido de pájaros.
Plano del tanque caído de lado. Aparecen seis tanques más.
Se oye una explosión. Luego otra. Gustavo informa de que el puente está minado en tres sitios. Se oye la tercera explosión.
Solo queda esperar que la división de Jiménez pase en ayuda de Linás.
XXI.- Los que han luchado regresan al pueblo.
PRESIDENTE: Esta vez habrá que evacuar el pueblo.
Aviones fascistas bombardean Linás, la gente huye.
(Aquí, un detalle estrafalario: Un hombre se quita un zapato. Movimientos cómicos de los pies).
Varios planos de la plaza del Ayuntamiento, la gente se refugia en los soportales que aún están intactos.
XXII.- La carretera de la salida de Linás.
Planos del éxodo de los habitantes, con algunas tomas curiosas, como:
Un niño con un ramo de flores. Una cabra atada con una larga cuerda rodeada de campesinos. Un cochecito de paralítico con un viejo, a sus pies, dos jaulas, con un canario y un loro. Es empujado por una joven, y detrás de ellos una vaca.
El cortejo va avanzando, y es atacado por tanques rebeldes. Hasta que Gustavo exclama:
GUSTAVO: Ha llegado Jiménez.
El guion indica: Seleccionar bien las imágenes: la continuidad del montaje quedará asegurada por el movimiento de todos los objetos y la expresión de todos los adultos, Además contribuirá a ello a música.
Respecto a la banda sonora, se remarca: Para el éxodo, un movimiento sinfónico construido esencialmente sobre una base rítmica permanente con destellos sucesivos de canto. Cada uno de los gritos diferente y adaptado a cada episodio del éxodo.
XXII bis.- En el puesto de mando de Jiménez, ya en Linás.
Están reunidos JIMÉNEZ, MORALES (su asistente) y MANUEL.
Por teléfono le informan de que los tanques fascistas se están retirando.
Entra ROSELL (un oficial) y luego GONZÁLEZ.
Comentan la situación y se preguntan cómo actuará la aviación. GONZÁLEZ informa de que unos paisanos han pasado las líneas para informar a la escuadrilla republicana.
Un último apunte curioso. En el guion original, aquí se indicaban métodos y trucos de rodaje. Resumido, indica:
NOTA: para esta secuencia cuyo interés dramático es limitado, resulta preciosa la descubierta sobre la vista de Linás con los trozos destruidos y los incendios localizados. Se puede conseguir:
a/—Rodando delante de un espejo…
b/—Rodando planos con descubierta, delante del verdadero decorado de Linás. Sería preciso encontrar una habitación conveniente y el material.
c/—Situado en el propio Linás, rodar no ya en una verdadera habitación sino en un decorado construido…
Esta NOTA, que fue mecanografiada y posteriormente tachada, es una imagen conmovedora de la precariedad del rodaje, que truncó una ilusión sin límites. En otros fragmentos, dice:
a/ Así podría no llevarse a París solamente a Manuel. Si pueden llevarse a toda la gente, será más fácil rodar todo el decorado en París.
b/ Sería más práctico que reconstruir en el estudio. De todos modos habrá bastante material en Linás.
De ella se pueden sacar algunas conclusiones: Se contaba con actores para algunos papeles que no se rodaron (Manuel, que solo aparece en esta secuencia XXIIbis). Se pensaba rodar en París, alternándolo con lo previsto en Cataluña, no forzado, como fue luego, por la huida precipitada al entrar Franco en Barcelona.
Se tenían muchas esperanzas de rodar ampliamente en Linás. Aquí sí que se puede imaginar que estaría previsto realizarlo en Cervera, lo que finalmente no fue posible por la situación bélica y la escasez de medios, empezando por la gasolina.
En resumen: Queda claro que los planos en los que intervenían tanques o caballería fue imposible filmarlos. Pero quizá, de haber dispuesto de suficiente tiempo, se hubieran podido rodar algunos planos de interior, o en la plaza del pueblo.
Por otra parte, el éxodo de los habitantes de Linás podía haber sido montado con trozos de reportajes de población civil huyendo, cosa que por desgracia no faltaba.
Más allá de campesinos, viejos, mujeres y niños, de los que podían disponer fácilmente, en el rodaje de estas secuencias intervenían unos personajes determinados, de los que GONZÁLEZ es l más relevante. Interpretado por José Telmo, lo vemos en las secuencias IV, VI, VII, VIII, X, XI (no rodada), XIII y XIV, además de las no rodadas aquí comentadas.
André Malraux y Gustavo Durán
De los demás, GUSTAVO y el PRESIDENTE son personajes secundarios que aparecen en las secuencias de Linás, así como PEDRO, que llegó con González desde la ciudad, mientras que a los demás: los campesinos DAMIAN, FERMIN o CAMPANALES, y los militares JIMÉNEZ, MORALES, ROSELL y MANUEL, no se les ve en la película, al estar incluidos únicamente en las secuencias no rodadas.
Llama la atención un personaje con el mismo nombre que uno de los protagonistas de la novela L’espoir, MANUEL, para el que Malraux se había inspirado en la figura de su amigo Gustavo Durán[i], músico y militar. El poco papel de que dispone no nos permite ir más lejos, aunque puede ser posible que, en uno de los gestos simbólicos que abundan en la película, Malraux quisiera plasmar este detalle.
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[i] Su biografía ha sido novelada en: : VAZQUEZ-RIAL, Horacio (1997). El soldado de porcelana. Barcelona, Ediciones RSA