La secuencia IX de Sierra de Teruel es quizás la más compleja entre las treinta y nueve de que consta la película. Fue rodada en dos ciudades distintas y padeció múltiples percances que requirieron estar dos semanas en Tarragona, y aún así se tuvieron prisas de última hora. Recordemos que en comentario de la secuencia VIII, aparecía una cita de la secretaria de Malraux, Elvira Farreras, que decía: Tuvimos que aplazar la vuelta a Barcelona 24 horas, pues había que esperar la llegada de la bala que era imprescindible para acabar una escena del cañón 1FARRERAS, Elvira (1989). Testimonio. Sierra de Teruel. Cincuenta años de esperanza. Valencia, Archivos de la Filmoteca. Nº 3. Año I. Septiembre-noviembre 1989. Páginas 288..
Pero vayamos por partes. La primera es que los cuatro primeros planos previstos, fueron rodados en Barcelona, más concretamente en la calle Montcada, en el patio de lo que hoy en día es el Museo Picasso, para seguir luego en Tarragona. Es evidente que en la ciudad del sur de Cataluña había, y hay, localizaciones ideales para el guion, pero también lo es que lo mismo hubiera podido ser rodado en el Pueblo Español, a pocos pasos de los estudios Orphea, centro neurálgico del equipo. Pero fue así, como vemos a continuación en el detalle de las ubicaciones. Seguiremos los planos, con la imagen correspondiente, fotograma y situación actual, para luego resumirlo en un mapa (ver los números entre paréntesis).
PLANOS 1-4: El coche, en la calle de Móstoles. Carral y Agustín se acercan, se sientan, y aparece un perro en la parte trasera. El coche arranca y sale, los dos hombres delante, el perro detrás.
Ubicación: Calle Montcada. Barcelona. Entrada de lo que hoy es el Museo Picasso.
PLANO 5: El coche dobla la esquina de la calle. Luego encara la Explanada.
Ubicación: Tarragona a partir de aquí: Calle Mayor, luego, calle Merceries. Dobla por el Paseo Torroja.
PLANO 6: Plano medio del cañón.
Ubicación: Portal del Roser.
PLANO 7: El coche avanza zigzagueando. Carral continúa disparando.
Ubicación: Bajada del Roser, desde la calle Salinas.
A partir de aquí, por problemas que se verán después, montaje de diversos fragmentos, en los que se narra el choque del vehículo con el cañón, la muerte de Carral.
El conjunto finaliza en la Secuencia X, en la que se ven a los voluntarios pasando al lado del coche estrellado y, escondiéndose de los disparos de los rebeldes, correr para conseguir unos coches que los lleven a Linás (secuencia no filmada). Pues bien, en dicha escena el portal que se vislumbra tras el literario vuelo de palomas es el de Sant Antoni, cerrando así el periplo rodado en Tarragona.
EL PERRO:
El guion indica 2GUIÓN SIERRA DE TERUEL. Sierra de Teruel. Cincuenta años de esperanza. Valencia, Archivos de la Filmoteca. Nº 3. Año I. Septiembre-noviembre 1989. Páginas 71-77 para la secuencia IX.: En primer plano y de frente, en la calle de Móstoles, el auto […] Carral y Agustín (el cojo), llegan al coche. Se sientan en los asientos delanteros pero apenas han abierto las portezuelas un perro que estaba detrás se levanta…
Dicho perro tiene su qué. En efecto, ignoro la causa, pero André Malraux tuvo la manía de que apareciera un perro en el asiento trasero. Pero es obvio que, en el trajín del rodaje, no se estaba quieto, por lo que vemos a Max Aub (el hombre para todo), sujetarlo por las patas, escondido bajo el asiento posterior. Así se aprecia en estos primeros planos. El guion finaliza indicando: Plano medio desde la parte delantera del coche: los dos hombres y el perro, que se ha erguido y ha puesto sus patas entre ellos. Obviamente, este plano se suprimió, no vemos en ningún momento el coche desde su parte delantera y tampoco al perro en tal postura.
Previsiblemente, este pequeño corte se rodó antes de ir a Tarragona. El coche que aparece en el plano 1 (Barcelona), si no es el mismo se le parece mucho al que aparece en el plano 5, así como el perro, ya en Tarragona. Dicho can aparece en los primeros planos, hasta la calle Merceries de Tarragona, para luego desaparecer.
Pero sigamos con el perro. Estaba previsto que apareciera durante toda la secuencia, pues incluso en el plano 22, después del choque del coche con el cañón, se indica: “Se empieza en gran plano sobre la cara de Carral muerto. Sombras de golondrinas. Después la cámara retrocede y descubre a Agustín y el perro”. Pero no fue así. A pesar de los esfuerzos de Max Aub, en algún momento el perro saltó y no se le vio más, no apareciendo a partir del plano 5 del guion. Cabe señalar que no se pudo rodar según lo previsto, pues este plano se recrea en varias tomas (ver trayecto), pero luego el guion se vio recortado en algunos planos, en especial los que filmaban a los servidores del cañón.
Para terminar con el chucho, leamos lo que dice Denis Marion 3MARION, Denis (1970). Página 56.: «André Malraux quiso introducir en el filme un elemento espectacular: detrás del vehículo se situaría un perro que, durante la carrera, se erguiría sobre el asiento y del que su cabeza sería cortada por un obús de los que tira el cañón. […] Con grandes dificultades (como testimonian las fotos del rodaje) el perro se colocó en el auto, pero no fue posible rodar el plano en el que el can (obviamente disecado) es decapitado por un obús invisible”. Correspondería al plano 17, que indica: “Plano americano de Carral y Agustín. El perro ha quedado partido en dos trozos”. Respecto a dicho personaje de cuatro patas no he podido hallar un paralelo en la novela L’Espoir 4MALRAUX, André (1995) Página 107 y ss.. El colaborador de Malraux saca la conclusión de que el arte del escritor y el del cineasta son distintos, aplicando a cada medio los recursos propios del mismo. Marion lo analiza con detalle en su libro 5MARION, Denis (1970). Página 51..
EL COCHE
Vayamos ahora por el coche. Según el guion, un Packard ocho cilindros. Pudiera serlo en la toma de Barcelona, y también en las primeras de Tarragona.
Respecto al coche, hay una anécdota sobre él. Se debía rodar el choque del automóvil con el cañón, saliendo despedido Carral por encima del parabrisas. Para ello, se solicitó la aportación de un especialista que sustituyera al actor. El enlace sindicalista exige que sea un actor de circo. Sube y arranca el motor, pero a la primera curva choca e inutiliza el coche. Ante los gritos de indignación del equipo de rodaje, da como excusa que él es funambulista, pero no sabe conducir. Entonces, un grupo se traslada a la plaza de toros de Tarragona, a la sazón depósito de vehículos de desecho (seguro que Max Aub estaba entre ellos), escogen uno descapotable (matrícula T 2055, del año 1927), algo parecido al destrozado (aunque con diferencias apreciables a simple vista), y lo llevan a la parte superior de una calle de fuerte pendiente, empujan y acaban la toma. En ella, quién salta por encima del parabrisas no es el actor que encarna a Carral, sino su doble. Pueden verse algunas imágenes ilustrativas al final de la entrada.
Además del perro y el coche, se trasladaron a Tarragona los actores que aparecían en las secuencias precedentes (IV, VI y VII en Barcelona) y que daban continuidad al relato. Como personajes principales, además de los extras, cabe señalar que están presentes en Tarragona los que interpretaban a Carral (interpretado por Miguel del Castillo) y Agustín, el cojo (los dos que suben al coche). También, para rodar las secuencias VIII y X: Barca, Pedro y González (interpretado por José Telmo). Si sumamos a los técnicos y asistentes, además de secretarias como Elvira Farreras, constatamos que la comitiva debió ser numerosa.
En resumen, quince días de septiembre, en los que se rodaron bastantes planos, en un ambiente apacible (salvo el día 18, y las alarmas habituales cuando se detectaba un avión enemigo, bombardeara o no), y con muchos tropiezos debidos a la falta de recursos y, también, a la impericia de algunos de sus participantes.