En los bulos bien montados se hace difícil distinguir lo que es verdad-verdad, de lo que son retales de verdades para vestir una mentira. En esta tercera entrega nos ceñiremos a la preparación y culminación del pase de frontera por los presuntos “agentes bacteriológicos”, alternando con los comentarios en cursiva que intentan dar luz sobre tan turbio asunto.
YO HE SIDO ESPÍA ROJO 3[i]. Dos individuos se prestan a ser portadores de los bacilos – Cómo se verificó la inoculación en los agentes propagadores.
LA CENA: En su última aparición en este relato, aún en París, Max Aub le presenta a X15Z a un “gentleman inglés, uno de esos hombres poderosos que apoyan en la sombra al Frente Popular, que pertenece a los consejos de administración de unas cuantas grandes firmas”. El agente duda (“mi natural honrado se resistía a intervenir en aquella trama”), y Lina le insiste en que colabore.
Mientras su compañera se va con un matrimonio inglés amigo (Mrs. S), él se va con Max Aub y De Berne para cenar con el inglés llamado Edward Rollan Karrigen, a los que se unen otros personajes: Pavie + Bossoutrot + Boujennec (periodista) + Charles Morice (periodista de Le Journal, en el texto indicado como Merice). Durante la cena, es Karrigen quién sugiere buscar dos individuos para inocularlos, ofreciéndose voluntario De Berne y decidiendo contactar con un agente de la Generalitat de Cataluña apodado “el capitán”, para que les consiga el segundo.
Más personajes, a cuál más misterioso y turbio, para dar mayor interés a la intriga. Es verdad que Morice siguió el tema puntualmente, aunque también con tintes de thriler. Así, en uno de sus artículos indica que tiene a buen recaudo toda la información “por si pudiera sucederle algo”. Nótese que, aunque según X15Z Max Aub está presente en la cena, la idea de la trama bacteriológica parte del tal Karrigen.
Ante el cariz que toma el asunto, el periodista Morice, abandona la reunión. Al final de esta, se considera a De Berne demasiado conocido, por lo que se le descarta como candidato a ser inoculado. Él mismo propone a Luis Chabrat.
Louis Chabrat (o Chabras en algunas referencias) es un nuevo personaje clave, cuyo nombre real era Witold Jedlinski. [vi]
EL VIAJE: A los pocos días, X15Z, Chabrat, Bougennec i un cuarto, apodado el “catalán”, que es quién parece liderar la iniciativa, parten hacia Bayona. El primero, encargado de facilitar la documentación necesaria para pasar la frontera. Parémonos aquí para conseguir un poco de luz sobre los personajes.
La invitación a X15Z para la cena es la última vez que aparece el nombre de Max Aub en el relato. Curiosamente, el teórico jefe de todo el espionaje en la zona de los Pirineos, Luís Quintanilla, tampoco es citado en estos momentos de gestación de la aventura.
Pedro Barruso gran especialista, indica[ii] que “en febrero de 1937, en Biarritz, un periodista francés es contactado por un desconocido, que dice llamarse Larsinski (en realidad Pavie), acompañado de Jacques Manachem, que le solicita facilite la entrada en territorio franquista de dos supuestos periodistas a la vez que le ofrece una fuerte suma de dinero”. Luego nos habla de ellos: Jean Jacques Pavie (París 1911) hijo de familia con dinero, piloto de pruebas, “frecuenta los medios mundanos en los que se divierte”; Jacques Manachem, belga nacido en Varsovia, voluntario en el frente de Irún, donde se hacia llamar “capitán Jack”. Se le consideraba socialista y fue acusado de estafa en París. ¿Sería “el capitán” del relato de X15Z? Pero, ¿y el catalán?
El texto analizado atribuye a Pavie la decisión de escoger a los dos futuros infiltrados. En ningún caso se citan órdenes que se recibieran de instancias superiores en París, ni mucho menos de Max Aub, en otros menesteres, ni tampoco del embajador Luís Araquistáin, o del ausente en el relato pero relevante en las tareas de información, Luís Buñuel.
LA INOCULACIÓN: Siguiendo el relato de «Yo he sido espía rojo», X15Z, Chabrat, Boujennec y “el catalán” se hospedan en el Grand Hotel de Bayona, en la calle Tyers, cerca del consulado, donde días después un médico alemán, presentado por el cónsul Pedro Lecuona (y a sus órdenes, según el texto), les inyectará «algo», para inocularles luego los bacilos de tse-tse. Después, el día antes de intentar pasar, se les causarían varias escarificaciones.
Aquí podemos ya ver algunos desajustes. Era preciso crear un estado de opinión, para lo cuál el tse-tse era suficientemente espectacular. Sin embargo, La tripanosomiasis humana africana (THA) es transmitida por la picadura de la mosca tsé-tsé infectada con el parásito tripanosoma[iii], no por contacto personal, con escarificaciones o sin ellas. Además, la enfermedad se combate con la prevención de la picadura de la mosca, pero al parecer no existe vacuna (con lo que el apunte de que previamente se les inyecta ”algo” pierde sentido), y desde luego no se transmite a través de individuos “escarificados”.
Quizá por ello, en las noticias sensacionalistas que en los primeros días de agosto de 1937 aparecieron en la prensa francesa y española, el tse-tsé pasa a ser “una enfermedad misteriosa, que con el mero contacto con un oficial o la convivencia de 24 horas con la tropa, hubiera sumido a los soldados en una “catalepsia extraña”[iv]. Argumento ideal para un folletón.
Otro punto para analizar es un cambio de denominación. Parece que el denominado “capitán” es quien lleva a cabo las instrucciones dadas por Pavie. Sin embargo, a medio relato desaparece “el capitán” (que en el capítulo II ha indicado que es “agente secreto de la Generalitat”) y entra en juego “el catalán”. ¿Serían la misma persona?
LOS SALVOCONDUCTOS: X15Z sigue narrando: Una vez realizada la inoculación y la escarificación, todo el grupo se traslada a Saint Jean de Luz, donde X15Z debía conseguir los pases para atravesar la frontera en la sede oficiosa de los sublevados, en Nacho Enea. Se alojaron en el Hotel Britannia, Sin embargo, los representantes de Franco desconfían y niegan el documento. Ante dicho contratiempo, “el catalán que era hombre expeditivo, salió diciendo que al día siguiente, con salvoconducto o sin él, entraríamos en España”. Por la tarde, les presenta un residente en Hendaya que se ofrecía a pasarles por Dancharinea, en los Pirineos navarros. El grupo se va a dormir a Bayona desde donde partirán.
Pero entonces, ¡oh sorpresa!, el ínclito X15Z recibe una comunicación de la inglesa Mrs. S. según la cuál su amada Lina está muy enferma y necesita urgentemente que vaya a verla. Y, a pesar de la oposición del “catalán”, “que roncaba como un hipopótamo”, se marcha a París.
Dejemos a un lado el subterfugio narrativo para salvar la imagen del autor, que si por un lado no seguiría implicado en la operación, por el otro seguía validado para acabar con el relato.
Quizá aquí hallemos una pista para encontrar, si no el nombre, al menos la ubicación de otro personaje fantástico: el “catalán”. Según su biografo, Joan LLuhí i Vallescà, cónsul en Toulouse en aquel tiempo, tenía a sus órdenes a un “policía mallorquín madrileñizado llamado Juan Sancho -designado por la Generalitat- que sería el responsable, a propuesta de Lluhí, de la sección de «información» que desde Toulouse controlaba todo el sur francés y llegaba a Marsella y Perpiñán. Una organización que formaba parte de la red organizada por el pintor ugetista Luís Quintanilla”[v].
El desbarajuste representativo se analizará en entrada al efecto, pero es sintomático el cruce de responsabilidades entre el gobierno central (de Largo Caballero) y el autonómico. Pero sigamos: entusiásticamente, Lluhí informa al Ministerio de Estado refiriéndose a Sancho: “el solo conocimiento por parte de los facciosos de la existencia de un agente gubernamental fue suficiente para que frenaran sus actividades”. Quizá “el catalán” no fuera Sancho, pero pudiera serlo o bien un subordinado suyo proveniente también de la Generalitat. No es imposible. Veremos más adelante la aparición de la delegación catalana en París en los albores de este asunto.
Otro desajuste narrativo lo encontramos en el lugar de paso de frontera. Cabe dentro de la lógica de que un “pasador” capacitado estuviera habituado a los caminos de montaña, por donde el contrabando hacía su agosto, mucho más que en los intríngulis de la frontera entre Hendaya e Irún. Sin embargo, a pesar del relato (con la lógica del paso pirenaico al carecer de la documentación precisa, denegada por Nacho Enea), los documentos hallados por los historiadores indican que fue en Irún o sus alrededores donde Chabrat y Bougenec fueron detenidos el 27 de abril[vi].
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[i] https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000929684
[ii] BARRUSO BARÉS, Pedro. Información, diplomacia y espionaje. S. Sebastián. Ed. Hiria. Página 103.
[iii] https://www.msf.es/nuestra-accion/enfermedad-sueno
[iv] L’intransigeant, 4.8.1937. Páginas 1 y 4.
[v] UCELAY DA CAL, Enric y GONZÁLEZ VILALTA, Arnau (2017). Joan LLuhí i Vallescà – L’home que va portar la República. Barcelona, Ed. Base. Todo el apartado: “Lluhí i la xarxa Quintanilla”. Páginas 265 y ss.
[vi] JIMÉNEZ DE ABERÁSTURI, Juan Carlos y MORENO IZQUIERDO, Rafael (2009). Al servicio del extranjero. Historia del servicio vasco de información (1936-1943). Bohadilla del Monte, Antonio Machado libros. Página 209.