Las entradas sirven en general para profundizar en lo que se va tratando en La verdadera historia del rodaje de Sierra de Teruel. En este caso, veremos en detalle la ubicación de la Escuadrilla internacional para entonces ya con el nombre de Malraux, durante sus últimos tres meses.
Después de un otoño entre Alcalá y Albacete. El asedio de Madrid era cada vez más duro, y en Alcalá se concentraba el grueso de los nuevos aviones llegados de Rusia que defendían la capital. Así que se decidió que lo que quedaba de la Escuadrilla España, ahora con el nombre de Malraux, de la que ya se habían despedido a la mayoría de los mercenarios y a la que se habían incorporado elementos voluntarios de las Brigadas Internacionales, radicara en la zona de Valencia.
Las primeras semanas, los componentes de la escuadrilla recalaron en Torrente, pueblo sin aeródromo. Fueron unos días de descanso, en un castillo que Paul Nothomb describe a primeros de diciembre como: “un oasis antes de la siguiente batalla”. Sigue contándonos[i]:
“Aprovechamos el corto respiro todo lo posible… Valencia, ciudad profundamente republicana, queda a dos pasos. Todavía se celebran algunas corridas, y Malraux nos acompaña a verlas… Está muy cerca de los servicios oficiales en los que brega, con Guidez, para obtener todo lo que nos falta: material, municiones, hombres cuando es preciso”.
Como anécdota cabe citar que el dormitorio de la veintena de componentes de la escuadrilla estaba en la capilla del castillo, con las inevitables bromas anticlericales de sus componentes, en especial Raymond Maréchal.
Las jornadas de asueto se complementaban con excursiones, caza y pesca, un respiro entre dos batallas, que a menudo finalizaban en la capital, en sus seis teatros, treinta y tres cines o numerosas salas de fiesta, que no se clausuraron hasta mediados de 1937[ii]. También, aprovechando la estancia del gobierno de la República en Valencia, Malraux mantiene reuniones con los altos mandos de aviación, políticos insignes y periodistas de prestigio internacional, como Ehrenbourg o Koltsov[iii], sino que también vive la ciudad en su esplendor, a pesar de las vicisitudes de la guerra. Hay un texto suyo que lo ejemplariza, publicado en Collier’s Magazine del 29 de mayo de 1937[iv]:
“Es la Epifanía, la fiesta de los Tres Reyes, el gran festival de los niños en España. Por la mañana, cuando vine al Ministerio de la Guerra todas las calles estaban llenas de carros armados […] Durante una semana los trabajadores han estado ocupados toda la noche, haciendo figuras de cartón de las películas de dibujos animados que los niños han estado aclamando y, además de los tradicionales castillos de tarta, los viejos toros, lo reyes y otras figuras de los naipes, figuras de doce pies de Mickey Mouse y el Gato Félix han invadido Valencia en esta ocasión.
Mi coche me devuelve desde el Ministerio de la Guerra al frente […] hemos de detenernos por el fuerte tráfico. Encendemos los faros delanteros por un momento: todos los caracteres que la gente y los sueños de los niños desde los primeros sueños…”
Valencia bullía desde que el 6 de noviembre, el gobierno de Largo Caballero había decidido trasladarse a la capital del Turia, ante el peligro de la inminente entrada de los rebeldes en Madrid[v]. Como consecuencia, muchas delegaciones extranjeras y corresponsales de prensa se instalaron allí. Malraux se desplazaba continuamente hasta los ministerios para conseguir pertrechos y también una credibilidad que no siempre le ofrecían los mandos de aviación.
Desde principios de noviembre, cuatro miembros de la CNT habían sido nombrados ministros, entre ellos Federica Montseny de Sanidad. El difícil equilibrio entre posiciones ideológicas muy distantes, las comunistas y las anarquistas, hacían que cada decisión fuera un dilema que solo se solucionaba por la premura que imprimía la presión de las tropas enemigas.
La ciudad era un pandemónium, intrigas, tensiones, noticias ciertas o falsas pero siempre inquietantes, y en paralelo, un ansia de vivir, de fiesta, como si no hubiera mañana, porqué había muchas posibilidades de que fuera así. Los ataques a la capital no se iniciarían hasta enero de 1937[vi], pero se intuían inminentes. Nos dice García Oliver[vii], a la sazón ministro de Justicia desde el 12 de noviembre, con sede en el Palau Malferit, en la calle Metalurgia, hoy Caballeros.
“Cambié de hotel. Me fui al Metropol. El Hotel Inglés resultaba muy atosigante, lleno de gente a toda hora. Era tanto el barullo, que resultaba difícil dormir descansadamente durante las noches. Tenía la impresión de que en aquel hotel debería resultar muy fácil descargar sobre uno todo un cargador de pistola. Además, carecía de protección contra un ataque aéreo. […] En el hotel Metropol estaban alojados los soviéticos, desde Rosenberg hasta la última intérprete, pasando por los generales y los miembros de la GPU».
Y añade, como muestra de las tensas relaciones entre las dos tendencias:
«El Metropol era, por entonces, el mejor hotel de Valencia. Los soviéticos iban siempre a lo mejor. En Madrid había observado que ocupaban casi todo el hotel Palace. Y, cosa curiosa, sobre el Palace y sus alrededores no caían nunca bombas de aviación ni obuses del 15,5. ¿Entendimiento? No creo. Conveniencias mutuas. Los bombardeos estaban reservados para los “payos”, los del país, como dirían los gitanos andarríos”.
A pesar de ello y de los distintos planteamientos ideológicos, tanto él como Federica Montseny recalaron en el mismo hotel que el embajador Rosenberg, lo que a ella le acarrearía dificultades durante su juicio en Limoges que a punto estuvo de causarle la extradición a España[viii].
Pero sigamos con la Escuadrilla. Después de los días tranquilos en Torrente, su desplazamiento a La Señera, en Chiva, implica de nuevo entrar en acción casi a diario. Operaciones de desgaste de las posiciones fascistas alrededor de Teruel, y algunas de observación y localización. La más destacada, que se tratará en su momento, fue la del 27 de enero de 1937, en la que después de bombardear puntos estratégicos de Teruel, uno de los Potez fue derribado, dando lugar a lo narrado en las últimas secuencias de Sierra de Teruel.
El campo de aviación había finalizado su construcción pocos días antes de su llegada (posiblemente de ahí su alto en Torrente). Constaba de dos pistas de tierra[ix], es aspa. Una de 925 metros y otra (este-oeste) de 1.300. Rodeado de naranjos, no disponía de iluminación nocturna, lo que hacía necesario improvisar luces para operaciones durante la noche. Lo veremos reflejado en Sierra de Teruel:
SECUENCIA XXXI:
ATTIGNIES: Quizás pudiéramos arreglarnos con algunas hogueras
PEÑA: Nos romperíamos el alma contra los naranjos.
A su alrededor se habían habilitado diversas masías y casas de labranza[x]: Del Rey al sur y Altamar, al oeste, donde se alojaba la tropa, con los servicios de enfermería y cocina. En la Venta del Poio se situaba el taller y el parque de automóviles. Más al sur, a unos 100 metros, se ubicaba el depósito de bombas. A principios de 1937, estas instalaciones se verían complementadas por otros polvorines, en la zona de Godelleta, y el Hospital Médico-Quirúrgico de El Vedat[xi], cercanos a Torrente.
A partir de la reorganización de la aviación de octubre de 1936, La Señera pertenecería a la IV Región[xii], cuyo 2º sector agrupaba los aeródromos de Manises, La Señera, Villar, Lena, Cortes, Monzón, Sinarcas, Puente Espino, Landeta, Bloya, Sagunto, Alcublas y La Yesa. La Señera tenía el número de código 422.
Además de la Escuadrilla Malraux, o lo que quedaba de ella, en La Señera había los aviones Nieuport 52 de la Patrulla de Defensa de Costas, y un buen número de aviones rusos, que habían empezado a desembarcar en el puerto de Cartagena en octubre, y conformarían las 5ª y 6ª escuadrillas. Con ellos, tripulaciones y personal técnico y de asistencia. Para darnos una idea de su importancia en el global de la guerra de España, podemos ofrecer la capacidad de caza en ambos bandos dada por Salas Larrazábal, en sus tipos más numerosos:
BANDO GUBERNAMENTAL: 416 Polikarpov I-15 (Chatos) + 281 I-16 (Moscas)
BANDO REBELDE: 380 Fiat CR-32 + 131 Heinkel He-51 + 96 Messerschmitt.
Howson nos da una cifra similar para el total de la contienda, según los archivos soviéticos: 648 aparatos, de los cuales 496 hasta finales de julio de 1937[xiii]. Pilotados al principio por rusos, pronto se fueron incorporando pilotos internacionales y españoles, algunos formados en Rusia, como el propio hijo del futuro jefe del Gobierno, Rómulo Negrín[xiv], que destacó en especial en los últimos meses en las zonas de Teruel y Cataluña[xv].
La Señera permaneció operativo durante toda la guerra de España, con una buena relación con los habitantes del lugar, algunas chicas de Chiva ennoviaron e incluso alguna se casó, como muestra la letra de la canción de la época[xvi]:
Las chicas de Chiva y Cheste,
ya no quieren jornaleros,
que quieren aviadores,
pilotos de bombardeo…
Como colofón, se puede indicar que fue desde este aeropuerto donde el teniente coronel anarquista Cipriano Mera, al finalizar la contienda en marzo de 1939, huyó a Orán (Marruecos). Los aparatos que allí quedaban, I-15, salían al mismo tiempo hacia Los Llanos en Albacete, para luego rendirse a los sublevados en Barajas.
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[i] NOTHOMB (2001). Página 92.
[ii] RODRÍGUEZ OLAZÁBAL, José. (1996). La administración de justicia en la Guerra Civil. Valencia, Alfons el Magnànim. Citado en CALZADO y NAVARRO (2007), página 94
[iii] Paul Preston comenta que, a raíz de su juicio por “conspiración antisoviética”, Koltsov confesó bajo tortura que había sido reclutado por Malraux para los servicios de inteligencia franceses. Fue fusilado el 1 de febrero de 1940. KOLTSOV (2009). Página XXI
[iv] CALZADO Y NAVARRO (Eds.) Tomo 4, 2007.Página 88.
[v] https://descubrirlahistoria.es/2019/09/valencia-capital-de-la-republica-1936-1937/
[vi] https://roderic.uv.es/handle/10550/31455
[vii] GARCÍA OLIVER (2015). Página 567
[viii] MAÑÁ (2021)
[ix] https://www.levante-emv.com/comarcas/2011/07/24/chiva-aerodromo-guerra-13046716.html
[x] https://aerodromsvalencians.wordpress.com/2018/07/06/senera-la/
[xi] RUBIO, Guillem: “Hospital Médico-Quirúrgico de El Vedat. Arma de Aviación (Cuerpo Sanidad Aérea”. En: Icaro – Boletín informativo de la Asociación de Aviadores de la República. Nº 111. Julio 2013. Página 13. http://www.adar.es/wp-content/uploads/ICARO_111.pdf
[xii] http://www.errepublika.org/republica-aviadores_republicanos.htm. Esta lista contrasta con el mapa ofrecido por SALAS LARRAZÁBAL (1972), página 80, en la que aparecen La Señera pero también Barracas, que luego será importante en la narración.
[xiii] HOWSON (2000), página 201.
[xiv] LÁZARO ÁVILA, Carlos (2003) «La Formación de Aviadores de la República: Las Promociones de la URSS». Ebre 38: revista internacional de la Guerra Civil, 1936-1939, [en línia]. Núm. 1, p. 27-36.
[xv] http://www.errepublika.org/aerodromos_GCE_regiones_aereas.htm
[xvi] MÚJICA, David y BAYOT, Salvador. ”Historias de la Señera”, en:
http://www.adar.es/wp-content/uploads/2019/12/2019-130-diciembre.pdf