Max Aub y André Malraux: M.A y A.M. Dos iniciales en espejo, dos vidas comprometidas en las fracturas de un siglo de hierro y sangre, marcado por dos guerras mundiales. Dos obras literarias que conocieron un destino radicalmente diferente, ya que si Malraux conoció la fama desde que publicó sus primeros libros, la obra de Aub no pudo nunca encontrar a sus lectores: sus exilios sucesivos le impusieron una relegación que se prolongó hasta su último aliento de vida.
Desde hace unos años, Max Aub ha vuelto a aparecer en la vida literaria española. ¿Qué significado dar a este hecho, particularmente vigente en este año 2003 de su centenario, rico en congresos, exposiciones, reediciones y adaptaciones teatrales programadas en España, en Francia y en México? Contentémonos con sugerir dos hipótésis. La primera atañe a su trayectoria, en la cual intervienen sus ascendencias familiares: la vida de Aub concentra y sintetiza la Historia de Europa durante el siglo XX. Trayectoria emblemática de los horrores de este siglo, donde vinieron a oponerse a la vez las naciones y las ideologías hasta las últimas consecuencias de su totalitarismo salvaje. La segunda está ligada tanto con la fuerte personalidad del hombre como con la diversidad y la abundancia de su obra, que constituye una extraordinaria suma de documentos disponibles para todos -universitarios, investigadores, especialistas o no- los amantes de la literatura, de las artes, del teatro, de la historia o de la sociología política… ¡Max Aub nos ha legado un cuantioso material de reflexión, de cuestionamiento del mundo y hasta de diversión!
Nos proponemos aquí evocar la fiel amistad que unió a Aub y a Malraux en cuatro de sus campos de complicidad: el cine, las artes y la pintura, la política y, por supuesto, la literatura.