(Resumen y actualización de una serie de artículos publicados anteriormente bajo el título: ¿Max Aub espía?)
Según la Interantional Federation of Journalist, las fake news son las noticias falsas que provocan un peligroso círculo de desinformación[i]. Así pues, no se trata solo de la mentira en sí, sino también de su divulgación para provocar un contagio que afecte a la opinión pública. Requiere, por lo tanto, de un cierto montaje intencionado, que a menudo se teje alrededor de algún elemento cierto.
Ello no es nuevo. Ya desde las “monedas de Marco Antonio” (acuñadas por Julio César para desprestigiar a su contrincante, un siglo antes de Cristo), pasando por la “donación de Constantino”, (un documento falso redactado cuatro siglos después de la muerte de dicho emperador, que benefició a la Iglesia católica), la historia está trufada de mentiras generadas con mayor o menos habilidad, pero siempre con el objetivo de amañar la información que recibe el público, tratando de influir en su opinión y actitud.
Aquí analizaremos un caso paradigmático sucedido durante la guerra de España. Se trata de un caso claro de fake new, en la que un hecho real deriva hacia una propaganda maliciosa. A continuación lo deconstruiremos, poniendo en relieve su intencionalidad y sus falsedades.
EL HECHO:
El martes 27 de abril de 1937[ii], fueron apresados dos franceses con documentación falsa en la frontera de Irún[iii], siendo después trasladados al campo de concentración de Fuenterrabía. Hasta aquí un hecho como tantos que pasó inadvertido, en medio de la vorágine bélica. La prensa franquista celebraba el mismo día la “liberación” total de Guipúzcoa y también daba pruebas de que los “rojos al servicio de los separatistas” habían destruido Guernica[iv]. Hasta donde he visto, el citado suceso no dejó rastro en la prensa de aquellos días. Pero pocas semanas después, se convirtió en la base de una fake news de libro. Vamos a ello.
En la revista falangista Vértice, en su número de junio de 1937, se publicó un artículo con el título: “SENSACIONAL ASUNTO DE CONTRAESPIONAJE -Se nos quería hacer la guerra bacteriológica”[v]. Curiosamente, el artículo no iba firmado, aunque sí el informe del médico responsable de inspeccionar a los detenidos, Dr. Anguera que se publicaba a continuación.
En resumen, el artículo afirmaba que una “poderosa entidad” con base en Londres, habría ofrecido al Frente Popular español una “arma criminal y terrible”: ampollas con el bacilo de la enfermedad del sueño. Para llevar a cabo su propósito, seguía la revista, había habido una reunión con dos enviados de la República, el escritor Max Aub y el pintor Luis Quintanilla. El primero era, a la sazón, agregado cultural en la embajada de París, y el segundo había montado una red de espionaje en el sur de Francia que solo duraría unos pocos meses, dejándola cuando su amigo Luis Araquistáin dejó el puesto de embajador en el verano de aquel año.
Sigamos este hilo, que luego desandaremos: según Vértice, la reunión de los dos españoles se hizo en Francia con “varios miserables del hampa internacional”. A partir de lo acordado en ella, se buscaron dos individuos para que fueran escarificados por un médico en brazo, pecho y espaldas, a fin de ser portadores de unos terribles bacilos que, pasados a España, contagiarían la enfermedad del sueño en la zona franquista. La historia seguía con la detención de los dos portadores de la enfermedad en una “muga” de Vera, su traslado a la prisión de Fuenterrabía y el consiguiente interrogatorio seguido de la citada inspección médica. En ella, después de detallados estudios, se llegaba a la conclusión, a la vista de la negatividad de todos los datos recogidos, de “que fracasaron en su malvado empeño los inductores de este diabólico plan… No tenemos el convencimiento en este caso de si fracasó en un intento de transmisión de bacterias o se triunfó en el chantaje microbiano como un nuevo procedimiento de estafa”.
Parecía que el asunto estaba zanjado, se había detenido a dos presuntos espías, demostrando la maldad del bando republicano y la eficacia de la policía del bando rebelde, pues como finaliza el artículo: “cuando la caballerosidad y la dignidad no se sienten con la misma intensidad en los dos campos beligerantes, el más innoble o el menos digno puede desencadenar una acometida por bacterias, bien para suplir con la maldad su impotencia o bien por el instinto perverso de hacer el mal valiéndose de medios tan reprochables como los que estamos comentando”. Fin de la cita.
Pero no puso fin a la estrategia de contaminación informativa. A finales del mismo mes de junio, se inicia la publicación por entregas de la serie: YO HE SIDO ESPÍA ROJO[vi]. Escrita en primera persona por un presunto espía franquista infiltrado, con el nombre en clave X15Z, narra como participó en la primera etapa de la aventura citada, hasta el paso de frontera por parte de los dos implicados posteriormente detenidos. A través de las cuatro o cinco entregas, según el medio, se podía seguir una novelesca peripecia, muy del gusto de un público ansioso de conocer eventuales conspiraciones del enemigo.
Arranca la narración en un cabaré de Montmartre, el Romance, donde X15Z encuentra a Max Aub, “a quién conocía del Ateneo de Madrid” y al que “acompañó en algunas misiones en Checoslovaquia y Suiza”. Varios detalles sobre el escritor dan carta de verosimilitud a su más que dudosa participación. Pero sigamos: acto seguido, ambos entran en un reservado en el que les esperaba el aviador y político Lucien Bossoutrot[vii], que les invitaría a participar en una acción que podría cambiar el rumbo de la guerra. Se intentaba extender el descrédito no solo a la II República española, sino también al Frente Popular francés, por aquel entonces en horas bajas.
En una reunión posterior, última en la que aparece Max Aub, este presenta a X15Z un “gentleman inglés, uno de esos hombres poderosos que apoyan en la sombra al Frente Popular, que pertenece a los consejos de administración de unas cuantas grandes firmas”. El agente duda (“mi natural honrado se resistía a intervenir en aquella trama”). Coincide en esto con el citado relato de Vértice. Es este lord, llamado Karrigen (o Karrigan según las versiones), el que insta a buscar dos individuos para inocularlos. Están presentes varios personajes más, entre ellos un conocido periodista francés (Albert Charles Morice, de Le Journal), que abandona la reunión dado el cariz que está tomando. Sin embargo, como veremos, el tal Morice seguirá al tanto y publicará al respecto.
Finalmente, y después de que el propio X15Z rehúse también formar parte de la expedición, se consigue reclutar a los dos cobayas: Chabrat y Bouguennec, los cuales, acompañados por un belga, apodado capitán Jack, y un misterioso “catalán” innominado, se desplazan a Bayona para ser inoculados con los virus facilitados por el gentleman inglés. A continuación, solicitan los visados para poder entrar en la zona controlada por los franquistas, pero un retraso en la tramitación les impide hacerlo. Entretanto, X15Z abandona al grupo y regresa a París. Hasta aquí la narración del presunto espía. Está enriquecida con otros personajes, como una tal Lina[viii], que dice ser del Servicio de Información y Contraespionaje de España, o un matrimonio inglés que se relaciona con ella, que aquí no analizaremos.
LA PRENSA:
Pasada la frontera, los dos infortunados cobayas son inmediatamente detenidos y encarcelados. Según las fuentes, el propio bando franquista (comandante Troncoso) habría facilitado visados para pasar por Irún, pero que por un retraso obligaron a pasar por la montaña (según Delgado); o bien estaban sobre aviso por el desmedido derroche y verborrea de Bouguennec durante los días previos (como aparece en el interrogatorio reproducido en el Sumario). Podría ser el final de la historia, pero no es así. Sigamos a la prensa de la época. De inmediato, se van sucediendo diversas noticias que, ciertas o no, mantienen viva la imagen que se quería transmitir: que el bando republicano empleaba las más detestables tretas, frente a la eficacia y honestidad de los “nacionales”. Veamos algunos ejemplos que nos harán seguir la trama.
Los primeros días de agosto, la prensa francesa de derechas anuncia el fusilamiento de los dos franceses[ix]. También se hacen eco los medios españoles, incluso republicanos[x], como dice, siguiendo una noticia de Le Populaire: “Una historia que sería grotesca si no fuera atroz! Dos jóvenes franceses acaban de ser fusilados en Pamplona”. La intención tergiversadora era clara. Como veremos, entramos en una derivada del hilo inicial, con fines igualmente perversos y falsedades en aumento. Pero sigamos.
El fusilamiento no fue tal. La sentencia que les condenaba, no a la pena de muerte sino a veinte años de reclusión menor, sería emitida el 11 de octubre de aquel año[xi]. Para desmentirlo, se publicó de inmediato en Francia una carta de Bouguennec[xii], en la que además de alabar lo indecible la justicia franquista, decía: “El hecho mismo de recibir esta carta prueba la falsedad de la información según la cual hemos sido condenados a muerte y ejecutados. No solo no estamos muertos, sino que no hemos comparecido nunca ante un consejo de guerra en Pamplona, habiendo sido juzgados en Irún. […] Actualmente estamos bajo vigilancia en el ayuntamiento de Irún, único edificio público de esta desgraciada villa”.
No solo eso, el padre de Bouguennec presentó una querella ante los tribunales[xiii] a través de su abogado André Cherier, pidiendo la búsqueda de los individuos que, abusando de la juventud de su hijo, lo habían mandado a España para un supuesto ensayo de guerra bacteriológica.
Otra fuente nos sirve para desmentir que la supuesta inoculación tuviera posibilidad de ser efectiva. Le petit journal del 5 de agosto de 1937 señala en primera página que el supuesto complot bacteriológico:
DESDE EL PUNTO DE VISTA CIENTÍFICO: “La microbiología no puede tomar en serio este asunto”, dice un sabio del Institut Pasteur.
DESDE EL PUNTO DE VISTA JURÍDICO: “Una tentativa de contaminación puede implicar, a su autor, el pelotón de ejecución… o 16 francos de multa”.
DESDE EL PUNTO DE VISTA MORAL: Dos pobres chavales imprudentes, víctimas de gente sin escrúpulos.
A partir de ahí la historia funde a negro durante décadas, hasta que algunos medios de derechas españoles lo sacan a la superficie de nuevo, sin mayor repercusión[xiv].
DECONSTRUYENDO LA FAKE NEW.
Más allá de poner sobre la mesa los hechos en sí, conviene contrastar también las informaciones, con comentarios que las realzan, publicadas por quienes están en contacto con el relato que se quiere inocular. Las fake news no son estrictamente mentiras, sino manipulación o tergiversación de algunos elementos ciertos. Contra ellas se recomiendan frecuentemente los métodos para detectarlas[xv], pero no tanto como combatirlas. No solo se debiera evitar su difusión, sino que sería recomendable desmenuzarlas para encontrar sus componentes tóxicos, pudiendo así divulgarlos para anular su pernicioso efecto. Esto es lo que voy a hacer a continuación, con impagables ayudas que iré reseñando.
Primera fuente: “En descargo de Max Aub y Luis Quintanilla”[xvi], entrada reciente en el muy recomendable blog del historiador Pedro Corral Corral. Deja claro que sucedió la detención de dos franceses en la frontera y es cierto que fueron acusados de querer propagar una enfermedad vírica. Gracias a dicho artículo podemos tener acceso parcial al sumario del juicio. De lo allí aportado se pueden sacar varias conclusiones: que Aub y Quintanilla no tuvieron nada que ver (no aparecen por ninguna parte en los detallados interrogatorios que figuran en la causa), que se barajaron importantes cantidades de dinero, y que existieron las escarificaciones. Pero también que alrededor del suceso proliferó un enjambre de marrulleros estafadores.
Otro relato que nos será muy útil es el del periodista que ya asomaba su perfil en las entregas de X15Z: Albert Ch. Morice, periodista de Le Journal[xvii], uno de los más leídos cotidianos de Francia por aquel entonces. Morice había seguido la contienda española desde el principio y contaba con buenas fuentes, pero además, fue también uno de los protagonistas de las primeras fases del suceso que analizamos. Introduce un promotor inédito: Ivan Ivánovitch, pero a grandes trazos coincide con el relato de X15Z, con una salvedad: no menciona en absoluto ni a Max Aub ni a Quintanilla. Afirma haber estado presente en las primeras reuniones, donde se contrató a Bouguennec y también en las siguientes, en las que se incorporó Chabrat. Atribuye el fracaso de la operación a los excesos de los dos personajes en su estancia en el Bayona que pusieron sobre aviso a la policía franquista. También relata como se hizo el interrogatorio por parte del coronel Troncoso. Califica la aventura como un fracaso total desde el punto de vista microbiano, aunque apunta que podría ser aprovechado por Franco para difundirlo en el seno de la Sociedad de las Naciones[xviii]. Parece que ello no sucedió, quizá por miedo al ridículo, quizá por no ser miembro de ella el bando franquista.
Aunque el propio título la llame así: TALLADO EN LA SOMBRA – Novela, de Jaime Delgado Martín, nada es lo que parece, como indica un especialista del tema, Pedro Barruso[xix]: “Obra que bajo la apariencia de la ficción relata bastantes de los episodios protagonizados por la Comandancia Militar del Bidasoa. Presentado a censura en 1947, se publica en 1949. Pese que se trata de una obra de ficción en realidad debería ser considerada como una obra testimonial ya que los personajes que aparecen en ella son reales, pese a que se trata de enmascararlos de una manera muy burda”. ¿Sería Jaime Delgado el misterioso agente X15Z?
En los capítulos 6 y 7 de su libro[xx] (“El cobaya humano”), relata con datos coincidentes con las otras historias, más otros de cosecha propia, la intervención de un agente de Troncoso infiltrado en las filas republicanas durante los sucesos que se narran aquí. Sin embargo, si miramos su fecha de nacimiento (1923), solo tendría 14 años en la época de los hechos. Su relato parece fruto de su actividad como historiador mientras se estaba doctorando en la Complutense de Madrid. Las referencias son muy amplias, con el listado de gente que participó en el complot (página 129), donde no aparecen tampoco ni Aub ni Quintanilla. Sí que aparece el citado Morice, indicando, como en el informe de X15Z, que abandona el proyecto al conocer su intención. La narración se extiende desde la preparación hasta los interrogatorios y conclusiones, de las que extraigo un breve fragmento:
“1.- El Gobierno de Valencia -y con más probabilidades el Gobierno catalán- han comisionado a un sujeto, que es el denominado “Catalán” para que, con carta blanca, consiguiera establecer contacto en París con elementos que pudieran cumplir su comisión, que tenía el siguiente objetivo: propagar en la España Nacional una epidemia contagiosa.”
Más adelante incorpora entrevistas con traficantes de armas en Londres, y un elemento relevante (página 186): “El exceso de escarificaciones que presentan los detenidos es debido a que P. deseaba que, tan pronto se les cogiera a ambos en España, fuesen fusilados inmediatamente”.
Quedaría otra fuente por analizar que aún no he podido obtener: la biografía de Jean Pierre Bouguennec[xxi], autoeditada por su sobrino en Chabeuil (Francia) en el 2015. Aunque supongo que hará más énfasis en su papel como participante activo en la Resistencia[xxii] (acabó colgado de un gancho en el campo de concentración de Buchenvald en 1944), a buen seguro será de gran interés conocer la versión que da de sus aventuras como cobaya humano.
A QUIEN BENEFICIA LA FAKE NEW.
Todo el proceso de “adornar” y deformar un punto de partida real se hace para conseguir algo. Siguiendo al beneficiario, podremos conseguir algo más de luz sobre el conjunto. Veámoslos.
LOS PARTICIPANTES: No cabe duda de que se barajaron grandes cantidades de dinero. Delgado indica que, además de las cifras adelantadas (más de 50.000 francos), se chantajeó al “catalán” que les prometió más de 100.000 francos a su regreso. X15Z habla de la entrega de 200.000 libras esterlinas por parte del potentado inglés a la banda.
AL BANDO NACIONALISTA: En un momento de su declaración, Bouguennec declara que, una vez hechos los primeros pagos, habiendo decidido ya que participaría en el complot, De Berne emprendió gestiones con el bando nacionalista español en París[xxiii]. Desde luego, la Comandancia de Irún estaba al corriente de la evolución de los hechos, habiendo autorizado la entrega de los salvoconductos para pasar la frontera, aunque llegaron tarde y tuvo que hacerse el pase, dos semanas más tarde, por la montaña. Cabe la duda del momento en que entran en la operación: podría ser ya en el movimiento de dinero, ya facilitando la operación inicial al percibir su utilidad propagandística,
LOS INTERMEDIARIOS: Al parecer hubo dinero proveniente de Inglaterra (de un aviador y traficante de armas llamado Karrigan, aunque bien podría ser que como intermediario del propio gobierno de Burgos) y de la República, a través del llamado “catalán”. Muchos más que los que finalmente llegaron a los dos incautos cobayas. Por ejemplo, también X15Z cita la entrega de 200.000 francos a uno de los cabecillas de la trama, un tal Pavie.
Otro hilo especulativo estaría centrado en un posible seguro de vida que se les ofreció a los que pasaron la frontera. Aquí entraría en acción el político y aviador de prestigio Lucien Bossoutrot[xxiv], de alguna forma relacionado con empresas de seguros, pues fue él quién también gestionó los seguros para los que se incorporaron a la escuadrilla de André Malraux durante 1936[xxv]. Su presencia puede relacionarse con el hecho que el tal Karrigan, al parecer también era un reputado aviador. En la segunda declaración que realiza Bouguennec en el juicio[xxvi], afirma que le prometieron un seguro de medio millón de francos con el Lloyds, que nunca se cumplió. Quizá la prisa con la que se publicó el fusilamiento de los dos implicados tenga algo que ver con ello.
¿TAMBIÉN A LOS PERIODISTAS? UN ÚLTIMO GIRO DE GUION.
Se sabe que uno de los cobayas, Bouguennec (el otro, Chabrat, era un pobre diablo), había actuado de periodista. Incluso en su declaración se atribuye dicho papel. Ya en los primeros días de la contienda, había enviado un artículo desde Zaragoza, donde conversaba con un partidario de la República[xxvii]. También fue un periodista muy activo el ya mencionado Albert Charles Morice, redactor de Le Journal. Se debería añadir también a los que fueron informando, y divulgando intencionadamente las noticias que se iban difundiendo sobre el caso, tanto en España como en Francia.
De dicho mundo, surge la última aportación a este artículo: En sus memorias, Eugeni Xammar, a la sazón jefe del gabinete de prensa de la embajada de la II República en París, nos dice[xxviii]:
En mayo-junio de 1937, dos periodistas, quizás franceses, se presentaron en la Embajada española de la capital de Francia. Preguntaron por Eugenio Xammar, diplomático catalán de larga andadura, y se presentaron como “journalistes”. Le comunicaron de inmediato que la República estaba amenazada por una campaña de prensa difamatoria a base de testimonios falsos y fotos preparadas. “Nosotros trabajamos para los servicios de Propaganda del SIFNE[xxix], pero simpatizamos con el régimen republicano y estaríamos, por tanto, dispuestos a no llevar a efecto esa campaña por la modesta cifra de 50.000 francos” … El catalán, tras rogarles que acudieran al día siguiente, expuso el asunto al embajador don Ángel Ossorio y Gallardo, cuya respuesta fue harto simple: —¡Ni un real!”
Pocos días después se empezaba a publicar por entregas “YO FUI ESPÍA ROJO” en diversos medios, entre ellos Le Journal[xxx], el periódico donde publicaba Albert Charles Morice, con una tirada de 900.000 ejemplares.
———–NOTAS————–
[ii]https://static.errenteria.eus/web/eu/herria/artxiboa/Bilduma/Bilduma%2021_2008/01%20aberasturi%2021.pdf Página 63.
[iii] Sumario: Archivo del Tribunal Regional Militar número 4 de El Ferrol, en La Coruña. Expediente 3.209.
[iv] La voz de España. San Sebastián, 30.4.1937. Página 3.
[v] https://ceclmdigital.uclm.es/results.vm?q=parent%3A0002304933&s=60&t=-creation&lang=es&view=prensa
[vi] Primera entrega en Odiel, el 22 de junio de 1937. Página 1. https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000929682, también en Odiel, y en la prensa francesa.
[vii] Jean Baptiste Lucien Bossoutrot, diputado y aviador, el 1.3.1931, junto a su compañero Maurice Rossi, batió el récord de vuelo recorriendo 8.805 kilómetros en 75 horas y 23 minutos en su monoplano Blériot 110.
[viii] Una llamada de esta para que vaya a París exime a X15Z de estar participar en los hechos del sur de Francia. Odiel, -3 24.06.1937 Página 1.
[ix] L’Action française, 1.8.1937, p.2. También L’Echo d’Alger del día 2 o Liberté del día 3.
[x] ABC edición de Madrid 11.8.1937, página 4
[xi] Sumario: Página 71.
[xii] L’Action française. 6.8.1937. Página 1-2
[xiii] L’Indépendant des Basses-Pyrénées 7.8.37 Página 1.
[xiv] Por ejemplo: El Frente Popular intentó provocar una pandemia en España durante la Guerra Civil: El Confidencial Digital, 2.4.2020, firmado por Guillermo Rocafort.
[xv] https://spain.representation.ec.europa.eu/noticias-eventos/noticias-0/como-combatir-las-fake-news-2022-02-28_es
[xvi] https://pcorralcorral.blogspot.com/2022/07/en-descargo-de-max-aub-y-luis.html
[xvii] https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k7634364w/f1.image (días 2, 3 y 4 de agosto 1937).
[xviii] La Liberté, 3.8.1937. Página 5.
[xix] BARRUSO BARÉS, Pedro (2008). Información, diplomacia y espionaje (La Guerra Civil española en el Sur de Francia 1936-1940). San Sebastián. Ed. Hiria. Página 65.
[xx] DELGADO MARTIN, Jaime (*). Tallado en la sombra. Madrid, Colección Escritores Contemporáneos, nº 5. *Pasó censura en 1947, pero no se publicó hasta 1949. Páginas 127 y ss.
[xxi] https://www.ledauphine.com/drome/2017/05/07/un-livre-en-hommage-a-un-heros-du-soe
[xxii] https://www.tracesofwar.com/persons/84671/Bouguennec-Jean-Francis-Garel.htm y también: https://images.app.goo.gl/WGLQ9LPRBmfmxxpX7
[xxiii] Sumario, página 22.
[xxiv] https://www2.assemblee-nationale.fr/sycomore/bio/(num_dept)/998
[xxv] CAMPOS, Miguel I. (2022) Armas para la República. Barcelona, Ed. Crítica. Página 69.
[xxvi] Página 21.
[xxvii] “Les confidences de don Pedro autour d’un flacon de manzanilla” L’Intransigeant. 24.8.1936. Página 3.
[xxviii] XAMMAR, Eugenio (1991) Seixanta anys d’anar pel món. Barcelona, Cuaderns Crema. Citado en PASTOR PETIT, Domingo (1978). Los dossiers secretos de la guerra civil. Barcelona, Ed. Argos. Página 259.
[xxix] Servicio de información del Norte de España. Ver: BARRUSO BARÉS (2008). Página 76.
[xxx] Le Journal, 1.8.1937. Página 1